viernes, 13 de septiembre de 2013

A veces cuando paseo por las calles cerca de mi casa en Santiago de Chile, no dejo de meditar en la aventura de la abstracción, en Piet Mondriaan y Kasimir Malevich, quienes a comienzos del siglo pasado establecieron las bases y también los límites de esa aventura. Mientras me pierdo por la Gran Avenida, me encuentro con este ordenamiento casual de baldosas, las cuales establecen las bases de mi propia aventura como artista visual ahora en los primeros años del siglo XXI en el Hemisferio Sur.

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